Presunción de inocencia en el vigilante

DICE nuestra carta magna que todos tenemos derechos a la presunción de inocencia. Lo que significa que si alguien nos culpa de algo debe desarrollarse a través de los cauces legales necesarios tal como lo establece la administración y el sistema judicial. Mientras que un juez no determine el enjuiciamiento de una persona hay que otorgarle el beneficio de la duda, esa presunción de inocencia que forma parte de la dignidad humana. Como decía Kant, debe haber algo que nos distinga del resto de la naturaleza y que precisamente nos de la dignidad como personas. Ese algo es creer en el otro ser humano, en su honestidad. Si no creemos en el otro es muy difícil que creamos en la humanidad. Por lo que culpar a una persona sin el preceptivo procedimiento no es lo más justo, sobre todo si se hace de forma pública. El problema es que en nuestro país hay colectivos donde la presunción de inocencia se pasa por alto. Por decirlo de otra manera algunas personas tienen menos derecho a la dignidad que otras. Si en un establecimiento sucede algo sin duda alguna la culpa se la adjudican al vigilante de seguridad. Si, por otro lado, hay una agresión, la sociedad tiende a creer que el agresor es el profesional de la seguridad privada. No obstante existen otros colectivos que cuentan con el beneplácito de lo políticamente correcto y que están exentos de culpa en todos sus actos. A estos no los voy a nombrar. Lo cierto es que un vigilante de seguridad de verdad (no un portero, ni conserje, ni controlador) es un profesional habilitado por el ministerio del interior y que cuenta con un expediente limpio de antecedentes penales. Quitar la presunción de inocencia a quién por ley exhibe a diario su número de placa es como faltar al respeto al ministerio del interior y al cuerpo nacional de policía. Este último es el órgano que examina y certifica que estos profesionales han superado las pruebas pertinentes para portar dicha placa.

La FTSP USO Andalucía cree en la presunción de inocencia; cree en la dignidad de estos trabajadores y espera que los falsos estereotipos que ensucian el sector algún dia se superen; también confía en los medios de comunicación y espera colaboración. Sin duda cree que todos los seres humanos tienen esa sustancia kantiana que nos distingue de la naturaleza: la confianza en el otro como base de la civilización.

Artículo de opinión: Antonio Guerrero

Para mas información: https://www.diariodealmeria.es/opinion/articulos/Presuncion-inocencia-vigilante_0_1755424541.html