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Andalucía cerró un 2019 negro en siniestralidad laboral que debe atajarse con inversión y formación

Andalucía registró en 2019 un total de 121 muertos por accidente laboral, 91 de ellos en jornada y 30 perdieron la vida in itinere; es decir, yendo al trabajo o volviendo de él. En total, nuestra comunidad contabilizó 94.915 accidentes laborales en jornada con baja, y 14.962 in itinere: 109.877 en total. Son datos oficiales publicados por el Ministerio de Empleo y Economía Social, que se desglosan en función de la gravedad de dichos accidentes en jornada: 954 fueron graves y 93.780, leves, además de los 91 que resultaron mortales. Considerando únicamente los accidentes in itinere, además de los 30 siniestros mortales, se dieron 282 accidentes graves y 14.650 leves.

Si analizamos la siniestralidad laboral por provincias, hay cierta correlación entre población y accidentes, con 22.588 en Sevilla, 20.422 en Málaga y 12.638 en Cádiz. Málaga la que presenta mayor número de accidentes graves, 209, pero Sevilla y Granada registraron un mayor número de fallecimientos: 17 y 15, respectivamente. Sevilla es la peor provincia en cuanto a siniestralidad laboral in itinere: 12 mortales, 76 graves y 4.413 leves. «La siniestralidad laboral se ha vuelto estructural y un drama en nuestra comunidad. Desde la USO, y en concordancia con lo establecido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, sostenemos que las empresas, como responsables de garantizar la seguridad y salud laboral de sus trabajadores, no están invirtiendo en la material. No lo hacen ni en formación de sus plantillas ni en la adaptación de puestos de trabajo ni proporcionar los EPI reglamentarios», lamenta Jesús Payán, responsable del Área de Acción Sindical de USO-Andalucía.

En cuanto a los sectores de actividad, Construcción lidera con diferencia la siniestralidad en Andalucía: 15.273 en 2019. Detrás, Comercio y reparación de motores con 13.230 y el sector agrario, con 12.187 accidentes, aunque un índice de incidencia no muy alto, 3,47 de media anual con 2.288.601 afiliados a la Seguridad Social.

Inspección y formación, las herramientas

En el sindicato USO, «estamos denunciando constantemente ante la Inspección de Trabajo todas aquellas irregularidades que nuestros afiliados y delegados nos hacen llegar, especialmente nuestros delegados de prevención, una figura que no está lo suficientemente valorada y que deben gozar de garantías y competencias para ejercer sus funciones plenamente. Sin embargo, somos conscientes de la falta de efectivos y medios con los que cuenta este organismo para cubrir todas las actuaciones necesarias, por lo que desde nuestro sindicato exigimos que se aumente el Cuerpo de Inspectores», continúa Payán.

El responsable de Acción Sindical de USO-Andalucía señala igualmente «el trabajo en precario como otro elemento clave en los accidentes de trabajo; y vamos más allá: los que ni siquiera se registran como tales por no estar dadas de alta las personas accidentadas».

Por último, Jesús Payán quiere poner el acento en que «también necesitamos una mayor formación en seguridad vial y hábitos de conducción. Debe integrarse en los factores de riesgo, pues el estrés está detrás de muchos de esos pequeños siniestros que, por desgracia, en ocasiones tienen consecuencias más graves. Precisamente sobre esto, en general, en todos los accidentes laborales, desde USO denunciamos que existe una gran descompensación entre los accidentes declarados como graves y leves, y esto se debe a la continuada infradeclaración por parte de las mutuas, que controlan los índices de siniestralidad de las empresas para que estas pudieran optar al bonus. Aunque se ha suspendido el bonus, se sigue aplicando una política economicista en la gestión de las incapacidades temporales».

¿Es obligatorio ir a trabajar con peligro de riadas?

Las lluvias torrenciales que han asolado el sureste peninsular tienen como impacto más grave la muerte de seis personas en diferentes provincias ocasionadas por los efectos devastadores de la dana, la peor «gota fría» que se recuerda en décadas y que, además, ha obligado a evacuar a centenares de familias en distintos puntos y días. Desde USO, y especialmente en solidaridad con nuestras Uniones Territoriales más afectadas, como han sido la de Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Castilla-La Mancha y Andalucía, queremos enviar nuestras condolencias y un mensaje de ánimo a quienes están pasando por tan duros momentos.

Además, estas horas catastróficas han dejado en el aire una duda meramente laboral: ¿debo ir a trabajar en una situación así? Cuando la nieve cierra puertos y aísla pueblos, la imposibilidad parece más clara y demostrable; sin embargo, es igual de razonable y amparado por la ley el no poner en riesgo la vida para acudir al trabajo en situación de alto riesgo de lluvias torrenciales.

«Dado que hay una recomendación pública de todas las autoridades y un aviso rojo meteorológico, con cientos de carreteras cortadas o inundadas, está plenamente justificado el no aventurarse y poner en riesgo la vida por desplazarse a su puesto de trabajo. Además, existe jurisprudencia al respecto, en una sentencia ya de 2009, donde el Supremo corroboró que la ausencia de una profesora a su trabajo estaba justificada por una fuerte nevada que había dejado la carretera en muy mal estado», explica Sara García, secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO.

En el caso de que las lluvias torrenciales u otros fenómenos extremos sorprendan al trabajador en su puesto de trabajo, «la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es explícita, al señalar que los empleados, incluso aunque la empresa no lo decretase así, deben cesar en sus tareas cuando estas pongan en riesgo su salud y su vida. Eso, obviamente, no tiene por qué significar volver a sus casas, ya que puede darse el caso contrario al anterior, y es que sea más seguro permanecer en un edificio de oficinas que coger el coche para regresar al domicilio. Pero pensemos, por ejemplo, en un restaurante a nivel de calle: preservar la seguridad podría significar cerrar las persianas si son absolutamente aislantes y quedarse dentro, a pesar de haber cesado la actividad. En estos casos, lo mejor es utilizar la lógica y la prudencia, no sentirse coaccionados a trabajar en situaciones extremas. Bastantes muertes tenemos que lamentar en el trabajo como para arriesgar más vidas durante estos episodios excepcionales», continúa García.

Episodios excepcionales, lamentamos desde USO, que son cada vez más frecuentes debido al daño que le estamos ocasionando al medio ambiente y que se materializará cada vez con mayor virulencia.