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Aumenta la brecha salarial de los andaluces con respecto a la media nacional

Los andaluces regidos por convenio colectivo, tanto de carácter autonómico como provincial, han mejorado de media su salario en un 1,9% en 2019. Son casi 1.080.000 trabajadores bajo el paraguas de 502 convenios colectivos que afectan a más de 225.000, algunas con convenio propio y otras, amparadas por un convenio sectorial. “Esta subida aleja los salarios andaluces de la media nacional, pues en el conjunto del país la subida media pactada fue del 2,33%. Un esfuerzo que deberían acometer las empresas andaluzas, igualarse a la media de subida nacional, teniendo en cuenta que estamos a la cola de los salarios del país”, reclama Jesús Postigo, coordinador general de USO-Andalucía.

Según la Estadística de Convenios Colectivos de Trabajo que publica el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, “las desigualdades no solo se dan de Andalucía con respecto a España, sino también entre nuestras provincias. 3 de ellas, además de los convenios de ámbito autonómico, quedaron por encima del 2%, y las otras 5, con Sevilla, Cádiz y Córdoba a la cola, registraron subidas menores”, analiza Postigo. 1,7% subieron en Sevilla; 1,71% en Cádiz; y 1,73% en Córdoba.

“Huelva lideró la subida salarial por convenio, del 2,48%, aupada por el 2,52% de los convenios sectoriales. Málaga subió un 2,16% y también gracias a los sectoriales, que se revalorizaron el 2,17%. Esto demuestra que una de las reformas urgentes es que el convenio sectorial vuelva a ser el que primer sobre el de empresa, para que este exista para mejorar las condiciones de los sectoriales, y no para rebajar sus condiciones”, reivindica el coordinador general de USO-Andalucía. La subida en Almería fue del 2,04%; el 1,94% en Granada; y el 1,82% en Jaén.

Para el responsable de USO-Andalucía, otro de los indicios por los que hay que reforzar la negociación colectiva se da analizando las subidas por convenio en la década: “los sueldos regidos por convenio apenas han subido un 2% en relación al IPC desde 2010, pero ya en 2017 se recuperaron con respecto a ese año. Sin embargo, si miramos la estadística del coste laboral, que muestra los salarios de todos los trabajadores, se ha perdido en torno a un 14% de poder adquisitivo en estos años”.

¿Qué es exactamente el IPC y por qué debemos reivindicarlo en la negociación colectiva?

Esta semana hemos conocido el IPC correspondiente al mes de julio, el índice que mide la inflación en España. Sus siglas corresponden a Índice de Precios al Consumo, y supone que mide los precios finales, los que pagamos los consumidores, no los precios al por mayor entre mayoristas. Para elaborarlo, el Instituto Nacional de Estadística elabora una «cesta de la compra», en la que están incluidos todo tipo de productos, no solo aquellos de consumo básico, como alimentación, ropa, gastos de vivienda y transporte. En dicha selección, figuran también productos de ocio y cultura, y, desde hace unos años, los tecnológicos, por lo que suponen en el gasto de los hogares. En cada provincia, el INE cuenta con seguimiento en una serie de establecimientos que no pueden hacer público que participan de la estadística. Así, se consigue tanto el IPC nacional como el de cada comunidad autónoma.

El INE publica el índice a mediados de cada mes, entre el 12 y el 15, sobre el mes anterior, validado por el Banco de España. A finales del mes anterior, ya publica una estimación en lo que se llama IPC adelantado. A veces, varía 0,1% cuando el máximo organismo monetario del país confirma el dato. Cuando se publica el IPC de cada mes, se hace con la variación mensual con respecto al anterior, y también con la variación interanual, con respecto al mismo mes del año anterior.

Además, existe otro índice, IPC Armonizado (IPCA), exigido por la Unión Europea para comparar las inflaciones de todos los miembros con los mismos baremos, y que presenta alguna diferencia en la medición de algunos productos, como compraventa de automóviles o los seguros.
Pero, ¿por qué es importante el IPC en la negociación colectiva? El IPC mide cuánto suben los precios y, por lo tanto, si los salarios no suben al menos ese mismo porcentaje, estamos perdiendo poder adquisitivo. «El IPC no es un índice perfecto, pero es lo más parecido que tenemos a una medición real de la subida del precio de la vida. Por ello, reivindicar cada año al menos la subida del IPC supone mantener nuestros salarios actualizados. Congelar los salarios supone, de hecho, rebajarlos, perder adquisitivo. Congelarlos sería en realidad subir solo el IPC: no me suben el sueldo, pero no pierde valor con respecto a la inflación», explica Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO.

¿Se considera entonces la subida del IPC una subida salarial? «No, la subida del IPC no debe considerarse una subida salarial. Una subida salarial tiene que suponer ganar capacidad de compra, que nuestro sueldo realmente mejore con respecto al mercado. Por lo tanto, la subida salarial efectiva es el porcentaje que negociamos cuando hablamos de ‘IPC + x’. De ese porcentaje depende realmente mejorar nuestros sueldos o simplemente equipararlos a final de año con lo que nos cuestan de más los mismos productos que consumíamos», concluye Estévez. El IPC de diciembre, validado en enero, es el que se utiliza como referencia para la revalorización anual en la negociación colectiva.