VALORACIÓN DE LA SUBIDA DEL SMI

Domingo Castillo, secretario general de USO-Andalucía, defiende que el Gobierno legisle la subida del SMI ante un diálogo social que no funciona

“La subida del SMI es ahora mismo una cuestión de emergencia social. Por eso, la responsabilidad del Gobierno es legislar esta subida del salario mínimo y no seguir el juego de una mesa de diálogo social que ni sus propios miembros respetan”, analiza Domingo Castillo, secretario general de USO-A.

2023 empezó con el SMI congelado y con la promesa de que su subida sería retroactiva. “Precisamente un año marcado por la inflación, donde los trabajadores que cobran el SMI empezaron 2023 cobrando un 5,7% menos, donde los 50 euros de subida del año 2022 (que supusieron un 5.27%) se quedaron por debajo de la inflación de 2021, que fue del 6,5%”, reflexiona Castillo. “Es por eso que hay que tener presente y no olvidar que estamos hablando de los salarios más bajos, de lo mínimo que una persona cobra por dedicar una jornada completa, de 40 horas, a un trabajo. Pero, además, muchos de estos trabajos están penalizados con jornadas parciales no deseadas y con una mayor rotación y temporalidad. Estamos hablando de que hay personas que trabajando, deben vivir con 400 o 600 euros”, expone C.

Por eso, “el Gobierno debe legislar ante la inoperancia del diálogo social tal y como está planteado en España. Si se comprometieron a las negociaciones de la subida de hace dos años a seguir aumentando el SMI hasta el 60% de la media salarial, deben cumplirlo, sin entrar en el juego de las sillas y las fotos. Por ahora, y con datos oficiales, el 60% del salario medio es de 1.219 euros mensuales“.

Lejos de las subidas salariales europeas

España, que parte de unos salarios ya de por sí bajos, se plantea, sin embargo, seguir con subidas que no recuperen el poder adquisitivo y sigan aumentando la brecha de la pobreza. Así, países que parten de cifras bajas (y también menores costes de vida), como Lituania o Letonia, han subido el 19% y el 24% respectivamente. En Grecia, para corregir la inflación, se dieron dos subidas en el mismo año, del 2% y el 7,5% respectivamente.

En países con salarios mucho más altos que España, la subida ha sido similar a la que se pretende en España, pero partiendo de menos. Francia, con un 6,6% y alcanzando los 1.709,28 euros, Bélgica con una crecida del 6,1% alcanzando al menos 1.954,99 euros mensuales o Alemania, con una subida del 15% para el salario mínimo (donde se computa por horas: 12 euros por hora trabajada frente a los anteriores 10,45), son ejemplos.

“Podemos concluir que se imitan las subidas más moderadas en vez de las altas, pero partiendo de sueldos mucho más bajos”, refuerza Domingo Castillo tras realizar una rápida comparativa con Europa.

Por último, el secretario general recuerda que “subir el SMI es un impulso para el resto de salarios; la subida media pactada por convenios cerró 2022 con una pérdida de poder adquisitivo de la mitad del IPC. Si crece el SMI todos los salarios, especialmente los más bajos, crecerán también”.