¿Es obligatorio ir a trabajar con peligro de riadas?

Las lluvias torrenciales que han asolado el sureste peninsular tienen como impacto más grave la muerte de seis personas en diferentes provincias ocasionadas por los efectos devastadores de la dana, la peor «gota fría» que se recuerda en décadas y que, además, ha obligado a evacuar a centenares de familias en distintos puntos y días. Desde USO, y especialmente en solidaridad con nuestras Uniones Territoriales más afectadas, como han sido la de Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Castilla-La Mancha y Andalucía, queremos enviar nuestras condolencias y un mensaje de ánimo a quienes están pasando por tan duros momentos.

Además, estas horas catastróficas han dejado en el aire una duda meramente laboral: ¿debo ir a trabajar en una situación así? Cuando la nieve cierra puertos y aísla pueblos, la imposibilidad parece más clara y demostrable; sin embargo, es igual de razonable y amparado por la ley el no poner en riesgo la vida para acudir al trabajo en situación de alto riesgo de lluvias torrenciales.

«Dado que hay una recomendación pública de todas las autoridades y un aviso rojo meteorológico, con cientos de carreteras cortadas o inundadas, está plenamente justificado el no aventurarse y poner en riesgo la vida por desplazarse a su puesto de trabajo. Además, existe jurisprudencia al respecto, en una sentencia ya de 2009, donde el Supremo corroboró que la ausencia de una profesora a su trabajo estaba justificada por una fuerte nevada que había dejado la carretera en muy mal estado», explica Sara García, secretaria de Acción Sindical y Salud Laboral de USO.

En el caso de que las lluvias torrenciales u otros fenómenos extremos sorprendan al trabajador en su puesto de trabajo, «la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es explícita, al señalar que los empleados, incluso aunque la empresa no lo decretase así, deben cesar en sus tareas cuando estas pongan en riesgo su salud y su vida. Eso, obviamente, no tiene por qué significar volver a sus casas, ya que puede darse el caso contrario al anterior, y es que sea más seguro permanecer en un edificio de oficinas que coger el coche para regresar al domicilio. Pero pensemos, por ejemplo, en un restaurante a nivel de calle: preservar la seguridad podría significar cerrar las persianas si son absolutamente aislantes y quedarse dentro, a pesar de haber cesado la actividad. En estos casos, lo mejor es utilizar la lógica y la prudencia, no sentirse coaccionados a trabajar en situaciones extremas. Bastantes muertes tenemos que lamentar en el trabajo como para arriesgar más vidas durante estos episodios excepcionales», continúa García.

Episodios excepcionales, lamentamos desde USO, que son cada vez más frecuentes debido al daño que le estamos ocasionando al medio ambiente y que se materializará cada vez con mayor virulencia.