Derechos humanos vulnerados

El mismo día que se conmemora el Día de los Derechos Humanos, conocemos el fallecimiento de una temporera marroquí, cuyos derechos fueron vulnerados 

El 10 de diciembre se conmemora el Día de los Derechos Humanos. Ese día, en 1948, se adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, que recoge los derechos inalienables de todas las personas, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, etc. 

Coincidiendo con su conmemoración, hemos conocido la lamentable noticia del fallecimiento de una temporera marroquí en Huelva, que supone una vulneración de sus derechos humanos. La trabajadora había sido despedida por la empresa cuando se le detectó una enfermedad muy grave. Su situación social era compleja: con tres hijos a su cargo y sin recursos económicos. Contaba con alguna prestación por incapacidad, por ser enferma de cáncer, pero su supervivencia se sustentaba con el apoyo de otras personas que ofrecían su ayuda de forma desinteresada.

Desde USO-Andalucía no podemos permitir que un hecho semejante caiga en el olvido o en la invisibilidad. Así, el Área de Igualdad del sindicato en Andalucía, representado por Pilar Bravo, se ha hecho eco de este grave incidente y muestra su protesta pública por entender que en este caso se ha producido una grave vulneración de los derechos humanos.

Precariedad laboral

Desde el Área de Igualdad de USO-Andalucía conocen bien la realidad de los temporeros, en su mayoría inmigrantes. Existe una dependencia absoluta de los trabajadores ante el empresariado, ya que el permiso de residencia está condicionado a su contrato. Esta realidad les sitúa en una situación de gran vulnerabilidad.

Estos trabajadores poseen una capacidad limitada para negociar sus condiciones de trabajo, por lo que terminan aceptando jornadas de trabajo al margen de la ley. Ello les obliga a adaptarse a ritmos intensos impuestos por los capataces.

Programa de contratación

El programa de contratación de Huelva, lugar donde se ha producido este lamentable hecho, se ha erigido como modelo de migración ordenada y ha recibido numerosas subvenciones del Gobierno central y de la Comisión Europea.

Estas ayudas van destinadas a financiar los costes de gestión de mano de obra que correspondería asumir a la patronal del sector. Sin embargo, algunos de estos empresarios se caracterizan por imponer la precariedad laboral y jurídica a sus trabajadoras. Además, la selección tiene un carácter sexista, pues estas trabajadoras soportan condiciones muchas veces infrahumanas, vulnerando sus derechos e incluso ejerciendo la violencia de género en muchas ocasiones.

Desde USO denunciamos la indolencia y el desamparo institucional y empresarial ante el sufrimiento de mujeres marroquíes contratadas para la recogida de la fresa en Huelva. Este año vendrán 14.000 temporeras marroquíes y por ello hacemos un llamamiento tanto a los Gobiernos y a la Inspección de Trabajo para que actúen de manera inmediata ante la vulneración de derechos a estas mujeres trabajadoras.